Descripción
El granado, típico de la cuenca mediterránea, destaca por su tronco retorcido y de corteza grisácea, su follaje de tonos cambiantes y sus vistosas flores y frutos. Destaca por su tronco retorcido y de corteza grisácea, su follaje de tonos cambiantes y sus vistosas flores y frutos. En jardinería se suelen utilizar variedades enanas, como Punica granatum ‘Nana’, muy adecuada para cultivar en maceta, formar un seto bajo tanto libre como formal, e incluso para bonsáis.
Debe situarse a pleno sol, en un lugar bien aireado. Conviene plantarlo a finales de la primavera para evitar que sufra con las heladas tardías, ya que es muy sensible al frío. Prefiere los climas templados e incluso cálidos; la tolerancia al frío depende de la variedad: algunas soportan -12° y otras -5° grados. Aunque resiste bien la sequía, conviene regarlo bastante en verano y evitar en cualquier caso que se seque completamente el sustrato. Agradece que se le aporte abono orgánico al final del invierno. Cada 3-4 años conviene aligerar la copa de ramas secas, cruzadas y débiles.